El contrato de arrendamiento o contrato de alquiler, es aquel por el que dos partes, arrendador y arrendatario, se obligan por un tiempo determinado a ceder el uso y disfrute de un bien de su propiedad a cambio del pago de una renta pactada.
En el contrato se suelen establecer varios elementos que sirven como garantía para el arrendador, tales como pago de depósitos o adelantos (con posibilidad de ser devueltos si todo sale bien), anulación del contrato antes del tiempo, aumento de la renta dependiendo de las condiciones económicas del momento, cargas y penalizaciones del arrendatario, etc.

La duración de los contratos de arrendamiento depende del tipo de inmueble y la finalidad que se destine al mismo y existen tres: contrato de arrendamiento de vivienda para residencia habitual, contrato de arrendamiento para vivienda de temporada y alquiler de vivienda para uso turístico.
La duración mínima del contrato de alquiler es de 5 años para una persona física, aunque lo habitual es firmar un contrato de un año e ir ampliándolo hasta alcanzar ese plazo. En cambio, si el arrendador es una persona jurídica, la duración mínima será de siete años y una prórroga mínima de tres años.