Un préstamo es un producto financiero a través del cual un cliente recibe una cantidad de dinero acordada con la obligación de devolverlo en el tiempo y forma establecidos y con el pago de los correspondientes intereses. Los préstamos se suelen solicitar para hacer frente a la adquisición de un producto o servicio. Los más habituales son la compra de una vivienda o un vehículo, o también se emplean para realizar obras o pagarse los estudios.
Cuando no podemos pagar la totalidad del precio de un inmueble solicitamos el préstamo hipotecario. Un préstamo hipotecario consiste en recibir de una entidad bancaria una determinada cantidad de dinero, un capital, a cambio del compromiso de devolver dicha cantidad más los intereses correspondientes (en base al tipo de interés), a través del pago periódico de cuotas que suelen ser mensuales. El inmueble que se adquiere constituye la garantía de pago.

Asimismo, para poder solicitar la hipoteca deberás contar con una cantidad de dinero equivalente al 30% del valor de la vivienda. A esta cantidad puedes afrontar solicitando un crédito personal para pagar los gastos de la hipoteca, que suelen situarse entre un 10% y un 15% del valor del inmueble.
Para préstamo hipotecario en ocasiones el banco puede pedir un aval. Tienes que saber que en el caso de que no pudieras seguir devolviendo el dinero prestado, el banco tiene derecho a quedarse con el inmueble y a venderlo para saldar la deuda.
La hipoteca mínima se sitúa entre 50.000 y 80.000 euros según la entidad bancaria. Cuando eres este afortunado que no le falta mucho dinero para pagar la vivienda puedes solicitar un préstamo personal. Pero este producto financiero no tiene las mismas condiciones que un préstamo hipotecario. Los tipos de interés son más altos y el dinero debes devolverlo en menos tiempo.